Se define la validez social como un proceso de evaluación mediante el cual es posible determinar el impacto social de los cambios conductuales obtenidos con un programa de análisis de conducta aplicado (Fawcett, 1991). Según este autor, una intervención puede ser validada socialmente en tres niveles: a) gracias a la significación social de los logros, es decir a la medida en la cual el grupo o la comunidad espera cambios en determinadas conductas-objetivo; b) la acogida o aceptación social de los procedimientos de intervención que serán empleados gracias a una adecuada selección de técnicas o recursos de intervención que sean no sólo las más efectivas y justas sino además, éticas; c) la repercusión social de los efectos de la intervención sobre la conducta (s) intervenida empleando evaluaciones individuales realizadas a personas que se encuentran en la misma organización o comunidad.

Se han descrito dos métodos para efectuar la validez social de una intervención: a) el método de comparación normativa en el que la conducta de los trabajadores expuestos a un programa de intervención puede ser evaluada antes y después de la intervención lo que facilitaría su comparación con otros trabajadores que no se hayan expuesto a esta intervención; b) el método de evaluación subjetiva en cuyo caso los cambios de conducta logrados en el trabajador o en el grupo de trabajo expuestos a la intervención, son evaluados por ellos mismos y/o por quienes tienen contacto con ellos. Este método generalmente emplea la aplicación de cuestionarios que responden las personas expuestas a la intervención y los miembros de su entorno social.
Po ejemplo, la comunidad podría validar la intervención conductual al menos en tres niveles: a) la relevancia social de las metas, es decir, responder a la pregunta: ¿son las metas de la intervención lo que la sociedad o la organización realmente quiere?; b) lo apropiado de los medios que se emplean, lo que se respondería mediante la interrogante: ¿el fin perseguido por la intervención, justifica los medios a utilizar? y c) la importancia social de los resultados de la intervención, lo que podría aclararse respondiendo a la pregunta: ¿están los usuarios de una intervención satisfechos con los resultados, incluidos los resultados inicialmente no previstos?.
10 procedimientos que se consideran habitualmente necesarios para adoptar y adaptar la metodología de la validez social a una intervención conductual, por ejemplo en prevencion de riesgos laborales o en calidad.
1.- Establecer cuales muestras del proceso de intervención serán obtenidas y ordenadas para ser revisados por los expertos.
2.- Identificación de los jueces (éstos pueden ser los trabajadores expuestos a la intervención, los clientes o expertos). Los jueces evaluarán la validez social de las metas; los procedimientos y los efectos de la intervención.
3.- Especificar la dimensión cualitativa en la que se basará la evaluación de la validez social de la intervención. En este caso, la dimensión cualitativa se refiere a distinguir los atributos de la situación de intervención que no pueden ser medidos en términos cuantitativos.
4.- Seleccionar una escala de evaluación para obtener el juicio de los trabajadores expuestos a la intervención (y los de su comunidad) sobre las dimensiones cualitativas, en forma cuantitativa.
5.- Preparar instrucciones para los trabajadores expuestos a la intervención en su rol de jueces de la misma.
6.- Obtener más información sobre la validez y fiabilidad de la evaluación efectuada. Si los resultados de la validez social de la intervención no son los esperados, el psicólogo de la conducta necesita analizar estas características del instrumento que utiliza.
7.- Resumir los datos obtenidos con la escala aplicada y compararlos con los datos obtenidos mediante la observación directa del mismo grupo.
8.- Obtener información sobre las conductas de los clientes o usuarios de la intervención, que sugieran validez social.
9.- Obtener información sobre los resultados o consecuencias para los trabajadores expuestos directamente a la intervención o para otros usuarios de la organización que pueden sugerir validez social.
10.- Si los resultados obtenidos por la validez social del programa no son lo suficientemente altos, se debe considerar qué más se puede hacer para incrementar la validez social de la intervención. Mas informacion en www.persist.cl
Vea también en el texto Intervencion psicologica en la empresa. Madrid. Ediciones Piramide. 2008. Autor: Luis López-Mena
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